martes, 26 de octubre de 2010

QUEREME COMO SOY.

Ultimamente, todos estamos más y cada vez más superficiales. Una persona puede tener tantas cosas para dar, tantos talentos por demostrar, aveces su excelente carisma, otras su capacidad de expresarse, también la manera en que trata a los demás, su confianza y fidelidad, su compromiso para con todo lo que hace y ama, su humildad, el enorme cariño que es capas de dar. Pero muchas veces, no notamos esos grandes detalles en una persona. Sólo su aspecto físico, su belleza exterior, y de está forma dejamos excluidos a muchos que en verdad valen la pena.
El amor, no es algo superficial en lo absoluto. Cuando uno se enamora tiene que sentirlo por dentro, tiene que poder demostrarlo, tiene que mirar más allá de su contextura física, de su cabello, de sus ojos, de su musculatura. Sucede cuando uno se da cuenta de que daría cualquier cosa por el otro, que lo dejaría todo, sabe lo que en realidad quiere alcanzar. Hay que luchar por ello, peliar por lo que nos hace felices, sin importar lo que digan y opinen los demás. Con que para sea importante ya es suficiente, si tienes personalidad y voluntad podrás alcanzar todo lo que te propones.
El amor es un juego de a dos, un juego en el cual no interesa lo exterior, un juego en el que puede participar cualquiera, un juego del que todos somos parte.